Alta traición
José Emilio Pacheco
No amo mi Patria.
Su fulgor abstracto
es inasible.
Pero (aunque suene mal) daría la vida
por diez lugares suyos, cierta gente,
puertos, bosques de pinos, fortalezas,
una ciudad deshecha, gris, monstruosa,
varias figuras de su historia,
montañas
(y tres o cuatro ríos).
Leo esta genialidad cada vez que se me da por confundir lo que yo quiero con lo que quieren algunos de mis compatriotas. ¿Es mi "PATRIA" la que quieren "recuperar" los productores que cortan rutas?, ¿Es, acaso, la misma que quieren quienes fueron elegidos para decidir por todos? No, rotundamente, No.
Mi patria está hecha de retazos de tiempo, de olores y colores de distintos lugares, de manos y abrazos que supieron y saben sostener, pero de ninguna manera puedo sentirme incluida en ninguno de los discursos que se refieren a ella, (ni los viejos, ni los nuevos) y que pretenden ser representativos o totalizadores, o totalitarios?